Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
El propósito esa es la cuestión. Cuando usted se levanta ya tiene un propósito para ese día. Ya sea que lo ha planificado en el día anterior o en esa misma hora se propuso hacer algo.
Imagínese por un momento que usted sale a la calle con ese propósito y cuando está en camino se le olvida lo que pensaba hacer. Y por más que intente recordar hay muchos factores de distracción que le impiden hacerlo.
Piense que al final no recordó el propósito e hizo muchas otras cosas pero no lo que en verdad se había propuesto hacer. Ahora imagínese que esto mismo pasa cada día; que sale con la idea de cumplir un propósito y al final termina haciendo de todo menos cumplir con su propósito.
Esa es la vida de muchos cristianos. Se levantan cada día conociendo, sabiendo el propósito pero por las muchas obligaciones seculares se les termina olvidando lo que en verdad tenían que hacer.
Obsesionados con cumplirle al hombre, de no quedarle mal al jefe y llegar temprano siempre. Hacer y entregar a tiempo las labores encomendadas; y así día tras día, semana tras semana, mes tras mes y año tras año.
Si esto es lo que le pasa, entonces piense en un momento como cristiano si verdaderamente está dándole cumplimiento al Plan de Dios que es su propósito con su vida.
Nuestro versículo de inicio dice que a aquellos que aman a Dios — ojo no dice a los que son amados por Dios; porque Dios ama a todo el mundo — Juan 3:16 —
Sino que dice que aquellos que aman a Dios saben, conocen, han entendido que todo lo que les llegue a pasar es para llevarlos a dar cumplimiento a Su propósito.
La palabra “propósito” del griego ‘prothesis’ Strong #4286: — pro, «antes», y thesis, «un lugar», y de ahí, «un llevar adelante». La palabra sugiere un plan deliberado, una proposición, un plan anticipado, una intención, un designio.
Dios no convierte a las personas sin un designio; y como hemos leído su designio es su propósito, su Plan es salvar su alma a través de Jesucristo su Hijo. Si ese es el propósito de Dios; y lo es, entonces debes estar sentirte confiado, seguro de que nada ni nadie podrá anular su propósito en ti.
Entiende pues esto; que el propósito del llamamiento de su elección no es por obras sino por Él, que te llama. 2 Timoteo 1:9 “quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos”
Todas esas cosas que puedas estar viviendo y que no te agradan, lo que hacen es enseñarte la verdad sobre la condición frágil, transitoria y mentirosa que es la vida humana. Todo lo que puedas estar viviendo hoy como cristiano es para llevarte a mirar a Dios en busca de apoyo, y producir en ti un espíritu de sujeción y obediencia. Un temperamento humilde, una disposición paciente, tierna y amable.
Los que se dispusieron hacer la voluntad de Dios, cumplir con su vida el propósito divino escribieron esto:
- Salmo 119:67 “Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora guardo tu palabra.”
- Salmo 119:71 “Bueno me es haber sido humillado, Para que aprenda tus estatutos.”
- Jeremías 31:18 “Escuchando, he oído a Efraín que se lamentaba: Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito; conviérteme, y seré convertido, porque tú eres Jehová mi Dios.”
- Hebreos 12:11 “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.”
Para ellos que amaban al Señor fue una bendición. En cambio Para otros, a menudo demuestran lo contrario. En otros son enviados como castigos; y producen quejas, en vez de paz; rebelión, en lugar de sumisión; y la ira, la impaciencia y el odio, en lugar de la calma, la paciencia y el amor.
Oración:
Amado Padre Celestial, hoy me rindo ante ti para que se cumplan en mi tus planes y propósitos divinos. Te doy gracias por tu voluntad para conmigo que es buena, agradable y perfecta y que por ella soy Salvo por mi fe en Jesucristo mi Señor y Salvador. Amén y amén.