Salmo 107:20 “Envió su palabra, y los sanó, Y los libró de su ruina.”
Es increíble que aun leyendo este versículo siga habiendo escépticos en cuanto al poder que hay en la Palabra. Es tan poderosa que puede salvarte o condenarte, algo que fue dicho no por alguno de los apóstoles sino por el mismo Señor Jesús en: Mateo 12:37 “Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.”
Nuestro versículo de inicio dice el salmista “los libró de su ruina” y nuestro Señor Jesucristo dijo: “por tus palabras” así que lo malo o los disgustos que el hombre recibe no lo recibe de parte de Dios sino que son provocados por él mismo.
Lo vemos claramente en nuestro Salmo de inicio, es la ruina del hombre y no es de Dios. pero la versión de NTV, va más allá. Ella lo dice así: “Envió su palabra y los sanó; los arrebató de las puertas de la muerte.”
Y no es que se trate de dos versiones que se contradicen porque no puede haber mayor ruina para el hombre que perder su alma. Mateo 16:26 “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”
Alguno dirá pero es la Palabra de Dios y no la tuya. Jesús dijo esto: Mateo 7:24 “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.” Y no solamente esto sino que también el mismo Señor enseñó diciendo: Marcos 11:23 “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.”
Así que ¿cuál será tu argumento ahora? Si el mismo Señor te está diciendo que “lo que digas te será hecho”.
Por qué antes de negar esta realidad del Cielo no haces como el apóstol y le pides al Señor que aumente tu fe. Lucas 17:5 “Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.”
Lo primero que debes saber o recordar es que fuiste creados o recreados en Cristo Jesús para las buenas obras que Dios preparó de antemano. Así que cuando escudriñas la Palabra y hablas conforme a lo que se dice de ti; no estás haciendo nada diferente a lo que hizo Jesús; sino dándole cumplimiento a todo lo escrito ¡Aleluya! Efesios 2:10 “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
Y no sólo esto. Lea lo que dice: Juan 20:31 “Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.”
Si usted lee con entendimiento el libro del Génesis se dará cuenta de que Dios formó al hombre del polvo de la tierra; y ese polvo ya estaba creado y cómo fue creado sino por la Palabra. Así que el primer hombre también fue creado por la palabra de Dios. y todo esto se recibe por fe. Hebreos 11:3 “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.”
Y en 2 Corintios 4:13 “Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos”
Cuando la palabra sale de tu boca, sale al reino de los espíritus y se va a recrear lo que dice, lo que digan esas palabras.
La Palabra de Dios es una fuerza; es una “cosa”. De hecho, una de las traducciones de la Palabra, “Rhema”, es “COSA”; la Palabra es una cosa; es una sustancia espiritual. Por eso, cuando lo proclamas, sale al reino de los espíritus y tiene la capacidad de producir exactamente lo que dice. Filemón 1:6 “para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús.”
Declaración De Confianza:
Padre amado te doy gracias por envía a mi vida tu Palabra a Jesucristo tu Hijo y mi Señor. Gracias al entendimiento que me has dado de tu Palabra hoy puedo decir confiadamente que todo mes posible por la ministración de tu gracia. Hoy establezco en mi vida todos los bienes y bendiciones que estableciste desde antes de la fundación del mundo para que yo viviera quieta y reposadamente. No hay altibajos en mi vida y ninguna obras de las tinieblas puede tener fruto en mi, ni en nada de lo que me has entregado; en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén y amén.