Estamos inmersos ya en el segundo mes de un año bisiesto. Tenemos un día más de gracia, favor, misericordia, poder y autoridad para la gloria del Señor.
Pero ya sean 365 o 366 días depende de ti que todos los días sean buenos; sacando de cada uno de ellos lo mejor para ti.
En nuestra lectura inicial Jesús nuestro Señor afirma de sí mismo que Él es el camino por el cual debemos andar, ya que es el único que puede llevarnos delante del Padre.
En el Salmo 32:7, encontramos la promesa del Señor que nos dice que nos enseñará el camino por el cual debemos andar. «Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.» y no solo nos promete enseñarnos el camino, sino que primeramente dice que “nos hará entender”.
Este entendimiento fue el que vino Jesús a dar a todos los que le siguieran creyendo en su Nombre. Lucas 24:45 «Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras»
A propósito del entendimiento de las Escrituras; los discípulos cambiaron la tristeza por la muerte de Jesús por el gozo de la salvación. Lucas 24:52-53 «Ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo; 53_ y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén.»
Así que no puede haber un gozo verdadero sin el entendimiento de las Escrituras. Ellos los discípulos estuvieron siempre con Jesús, le vieron hacer milagros, prodigios, escucharon la voz del cielo no una vez sino hasta dos veces que decía que Jesús era el Hijo amado en el cual el Padre se complacía.
Pero al morir Jesús se llenaron de temor, de angustia, de tristeza; hasta que Jesús les dio entendimiento y cuando fueron todos llenos del Espíritu Santo su temor fue cambiado por poder y gloria ¡Aleluya!
Ahora sabían, tenían entendimiento de que nada ni nadie podía impedirles ser lo que Jesús había dicho que eran, ni hacer lo que Jesús dijo que podían hacer.
En el libro de los Hechos de los apóstoles en el capítulo 19, se habla de los seguidores de Juan el Bautista que aún no habían recibido al Espíritu Santo. La razón era que ellos habían creído a Juan y se bautizaron para arrepentimiento; pero no conocían ni a Jesús y mucho menos al Espíritu Santo.
Pablo entonces les habla que Jesús es el camino de salvación, que de Él predicó, enseñó Juan el Bautista. Entonces ellos al creer al evangelio explicado por Pablo creyeron y fueron bautizados por el Espíritu Santo. Hechos 19:1-6 «Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Éfeso, y hallando a ciertos discípulos, 2_ les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. 3_ Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. 4_ Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. 5_ Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. 6_ Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.»
Ellos conocían la doctrina de Juan el Bautista pero no habían conocido que de todo aquello de lo que hablaba Juan ya había ocurrido. Que ese Salvador, que el redentor, que el Cristo de la gloria no solamente ya había venido en carne sino que había vencido ¡Aleluya! Juan 1:26 «Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; más en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis.»
De ahí que Jesús dijera: Juan 8:32 «y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.» la razón es sencilla. Si no conoces lo que ha sido hecho a favor tuyo, te encontrarás en las mismas luchas que antes tenías estando en el mundo bajo los rudimentos y leyes naturales.
Al igual que los discípulos de Juan el Bautista hoy en día hay muchos cristianos viviendo en la misma condición. Hablando de un Dios de poder, creyendo en algo que puede que pase o no, creyendo, enseñando y profetizando de cosas como si ya no hubiesen pasado o como si el Señor ya no lo hubiese hecho.
Tomás uno de los doce le pregunta a Jesús cuando el Señor le dice que ya conoce el camino — Juan 14:4-5 «Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. 5_ Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?» Y la respuesta de Jesús ya la conocemos — «Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.». Pero aun diciéndole estas cosas, Tomás no creyó en la resurrección de Jesús y si no creyó en su resurrección; entonces ¿qué enseñaba? Lo mismo que muchos hoy en día que hacen creer y sentir a los demás que son unos necesitados y que esperen a Jesús que vendrá del cielo para así poder ser felices.
Jesús les da la clave a los discípulos y también a nosotros diciendo: Juan 14:7 «Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.»
Hay muchos que son más incrédulos que la mujer del flujo de sangre. Ella escuchó que Jesús estaba pasando por su ciudad, por su barrio. Era su momento, era su oportunidad Jesús se había acercado. Jesús el camino de victorias, de triunfos de éxitos estaba pasando cerca de ella ¡Aleluya!
No depende de cuantas horas puedas orar, sino de la comunión que tengas con el Espíritu Santo y la Palabra de Dios. Si crees que la unción, la gloria, la gracia y el poder vienen por las horas que te pasas en oración, entonces lo que estás diciendo es que utilizas al Espíritu Santo para tus propósitos.
La oración es todo el día, todo el tiempo; agradeciéndole al Padre por la revelación, por la enseñanza, por el entendimiento y sobre todo pedirle que te ayude a creer en aquellas cosas que parecen imposibles de suceder en tu vida; pero que Él ya lo ha hecho.
El apóstol Pablo escribe: 1 Corintios 15:57 «Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo». Qué parte de esto no puedes entender o no quieres creer. Lo que nos comunica este versículo es que a pesar de las oposiciones de los gobernantes, principados y potestades de las tinieblas; por medio de Jesús ya hemos vencido.
El asunto no es que Jesús o el Padre no puedan hacerlo. Porque muchos dicen y publican que no hay nada imposible para Dios. el problema radica en el corazón de cada persona a la cual le falta fe.
No es porque no conozcan; sino que aun conociendo no creen. Juan 8:21-24 «Otra vez les dijo Jesús: Yo me voy, y me buscaréis, pero en vuestro pecado moriréis; a donde yo voy, vosotros no podéis venir. 22_ Decían entonces los judíos: ¿Acaso se matará a sí mismo, que dice: A donde yo voy, vosotros no podéis venir? 23_ Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. 24_ Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.»
Y el apóstol Pablo inspirado por el Espíritu de Dios enseña que: Romanos 8:13-16 «porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. 14_ Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. 15_ Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16_ El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.»
Como he dicho al principio de este mensaje, este año tiene un día más. Este día puede ser un día más de sufrimiento, angustia, depresión, de afán y ansiedad, de frustraciones, de amargura de enfermedades y dolor o puede ser un día más de éxitos, triunfos y conquistas en el Nombre Poderoso de Jesús. Tú decides si usas tu fe en el Señor y en el poder de su Palabra para abordar cualquier situación en tu vida y obtener la victoria, o sucumbes ante la opresión y persecución del maligno.